#BilbaoVeLaLuz fue el hashtag que usamos en el vídeo de presentación de CREA. Mostramos imágenes de la ciudad –algunas muy sugerentes como la del edificio con el grafiti SOÑAR- y, sobre todo, planos en los que se pasaba de la oscuridad a la luz, del negro de la boca del túnel a la claridad del exterior.
#BilbokArgiaIkustenDu es una licencia, un recurso retórico. Pero contiene un mensaje directo cargado de verdad. La diferencia de estar ‘en activo’, es decir, consumiendo o hacer tratamiento es como la noche y el día.
Lo explica de maravilla nuestro terapeuta Jon Mardaras en el último vídeo que hemos publicado en redes sociales. Un plano fijo en la pasarela Arrupe con el Guggenheim y el puente de La Salve de fondo.
“Antes de ponerme en tratamiento –dice convencido Jon- no tenía vida. Lo único que hacía era tomar, tomar y volver a tomar. Y eso era un día tras otro y sin parar”.
La vida de un adicto en fase avanzada se resume en eso. Se vive – se malvive- por y para tomar.
Muchos desconocen que los adictos sufrimos lo indecible cuando estamos así. En realidad, queremos parar la rueda pero nos resulta imposible.
El cambio radical que debe hacer una persona adicta para detener el consumo, vivir bien y rehabilitarse plenamente solo llega con terapias, haciendo un tratamiento eficaz y profesional como el que ofrece CREA.
Nuestro terapeuta, Jon, hace muchos años que hizo ese cambio. Con ayuda, por supuesto. Con el mismo método que hoy aplicamos en nuestro centro ambulatorio.
“A día de hoy, yo disfruto de una vida normal, tengo trabajo normal, tengo una relación familiar buena, tengo buenos amigos y disfruto de una vida normal”.
En su testimonio, nuestro terapeuta repite la palabra normal. ¡Lógico! La vida del adicto cuando consume es todo menos normal.
Y cuando se alcanza esa ‘normalidad’ gracias al tratamiento se tiene muy en cuenta. Los adictos recuperados saboreamos y paladeamos la ‘normalidad’ que no teníamos antes.
Como cierre, a Jon le pedimos que hablase mirando directamente a la cámara. Y que animase a personas que hoy lo estén pasando mal por su adicción a dar el paso más importante de su vida.
Y no lo vamos a negar. Nos emociona la autenticidad que hay en sus palabras. Las suelta con humildad, de forma sencilla y natural, pero con el orgullo de quien hizo en su día lo que tenía que hacer para salvarse y ponerse bien.
“Soy adicto, adicto recuperado. Y he pasado de no tener vida a disfrutar de una vida normal. Yo siempre digo lo mismo en las terapias: si yo he sido capaz de recuperarme, cualquiera es capaz de hacer lo mismo”, concluye.