El tratamiento que proponemos en CREA para superar la adicción es una intervención por fases.
Como es lógico, no es igual la situación de un paciente que lleva un tiempo prolongado sin consumir alcohol y otras drogas ni jugar (la ludopatía es la adicción sin sustancia más frecuente) que la de una persona que está en el inicio de su recuperación.
El enfoque para ambos es el mismo en cambio. En CREA, partimos de la premisa de que la adicción es una enfermedad. Y de que es necesario que haya una predisposición para desarrollarla.
Son múltiples factores los que hacen que se desencadene, pero los componentes genéticos y neuronal juegan un papel preponderante.
Hay un dicho que lo explica de una manera muy gráfica. Según esta tesis, un alcohólico no lo es porque beba mucho sino que, bien al contrario, bebe mucho porque es alcohólico.
La clave de la predisposición explicaría la razón por la cual dentro de un grupo cuyos componentes consumen drogas de forma abusiva unos desarrollan dependencia, habitualmente los menos, y otros no.
En CREA, planteamos la recuperación en estos términos. La adicción es una enfermedad y como tal tiene tratamiento.
Entra y sale por la boca
Y la manera de curar la adicción es hablar. Es una enfermedad, se suele decir, que entra y sale por la boca. Lo dice nuestro terapeuta Jon Mardaras en el último vídeo que hemos publicado en redes sociales. “La adicción, recalca, es una enfermedad que se cura hablando”.
Hecha la desintoxicación inicial, la primera fase consiste en que el paciente, ayudado por los terapeutas y por los miembros del grupo, que han vivido experiencias idénticas, cuente cómo era su vida cuando consumía, cuáles fueron sus desastres.
Es el modo de tomar conciencia de la situación real, sin distorsiones. No olvidemos que la adicción es la enfermedad del autoengaño y que es habitual que el paciente llegue al grupo con una venda en los ojos.
A base de hablar, de expresarse, de implicarse en la terapia, el paciente va rompiendo su coraza, elimina el autoengaño y la negación, y adquiere conciencia de su situación y de su enfermedad.
Pero hay más: el tratamiento ayuda al paciente a conducirse sin tomar gracias a una serie de sencillas pautas de comportamiento. “Cada terapia, en este caso, es una prevención de recaída. Cuando el paciente lleva poco tiempo, se va gestionando el día a día con el fin de evitar una vuelta al consumo”, explica Jon.
El tratamiento proporciona a la persona adicta una serie de ‘herramientas’ para evitar situaciones de riesgo y superar síndromes de abstinencia.
A veces problemas graves como la adicción tienen soluciones sencillas.
Lo más interesante de este enfoque, de saber que la adicción es una enfermedad y que tiene remedio si se hace un tratamiento como el nuestro y se cumplen las indicaciones de manera estricta, es que la recuperación está en manos del enfermo, a diferencia de otras patologías.